La esposa del artista, Nadezhda Ivanovna Zabela, era una cantante famosa. Vrubel dijo que muchos cantantes cantan como pájaros, y Nadya canta como un hombre. La naturaleza dotó generosamente a Nadezhda Ivanovna con la belleza de su voz, pero su canto también se distinguió por una sinceridad especial, una profunda penetración en la melodía, en cada palabra.
A Vrubel le gustaba mucho la ópera, tenía una delicada sensación musical. Él apreciaba mucho las cualidades espirituales de su esposa, admiraba su talento y, con profunda atención, trataba su arte. Un hombre, a menudo impetuoso en palabras y hechos, con ella era amable y amable.
El retrato de Zabela está escrito al aire libre y está impregnado de luz. Las delicadas manchas lilas, verdes, blancas, ocres en una combinación compleja, los movimientos inspirados colocados en el lienzo, crean la sensación de ligereza, transparencia, luminosidad y un sonido esbelto y alegre.
Vrubel describe, incluso un poco exagerado, algo especial que encontró en la apariencia de su esposa: el alargamiento de una persona con un mentón pesado, una fugaz, como una sonrisa oculta, ojos agrandados con grandes pupilas, y esta peculiaridad de rasgos le da a la persona una belleza única y especial, muy querida para el artista.