Increíble trabajo, siempre dando lugar a una contradicción entre el título y el contenido. Pero esta es la opinión de un artista brillante que buscaba transmitir al espectador su presentación estética a través de sus pinturas.
El retrato de “La bella Angela” fue pintado por Gauguin en 1889 y sintió la influencia obvia de las tradiciones de la pintura japonesa, a saber, los grabados. Aunque a primera vista, encontrar paralelos entre el grabado y el retrato de bretones no es fácil.
Como en el grabado, la heroína se encuentra en primer plano, mientras que ella está lo más cerca posible del espectador. La niña campesina, representada hasta la cintura, y el fondo está separado entre sí por un marco, una decisión compositiva de este tipo no corresponde en absoluto a las tradiciones de la pintura académica. Más bien, es un préstamo claro de las impresiones japonesas tradicionales, una demostración de doble espacio.
La imagen de la heroína en sí misma tampoco es estándar: una cara rojiza con nariz grande, ojos estrechos de ojos pequeños y manos en forma de gancho. La heroína tiene un prototipo real: la esposa de un empresario, la futura alcaldesa, Madame Sartre. Se conservan los recuerdos de los testigos oculares, que afirman que cuando Gauguin presentó un retrato como regalo, la madre de Madame Sartre exclamó: “¡Qué horror!”, Mientras que la mujer misma rechazó el regalo resueltamente.
Pero a pesar de esta reacción, Gauguin estaba muy satisfecho con el lienzo.
El pintor no estableció su objetivo de lograr una imagen de retrato, por el contrario, específicamente “vistió” a la heroína con un traje bretón tradicional con bordados, rasgos faciales distorsionados, convirtiendo a la heroína en un cierto ídolo, un prototipo popular de una campesina. El hecho de que Gauguin viera la belleza única, incluso salvaje y primitiva en un simple rostro campesino confirma el nombre de la imagen.
Los historiadores del arte de hoy ven en el Hermoso Ángel las características del primitivismo. Una extravagante figura de estilo peruano, y grandes letras mayúsculas en el lienzo pueden verse como sutiles insinuaciones de primitivismo naciente.