El pintor Hans von Aachen pintó un cuadro basado en el antiguo mito griego de la manzana de la discordia, que sirvió como causa indirecta de la guerra de Troya. Se representan tres diosas, Atenea, Venus y Juno, que vinieron a París para resolver la disputa sobre quién es la más bella de todas.
Juno le prometió dominio sobre Asia, Atenea, victorias y gloria militar, Venus, la posesión de la mujer más hermosa; él prefería este último y le dio la manzana a Venus, habiendo adquirido por esto y a su gente en la diosa Venus una patrona permanente. París, por consejo de Venus, fue a Amikly.
Dotado de la diosa Venus con todos los encantos de la belleza y el encanto, fue acogido por los anfitriones hospitalarios y especialmente atrajo a Helen. Paris la convenció de que dejara la casa de su esposo Menelao y navegó con ella a Asia por la noche, sacando un montón de tesoros del palacio de Menelao. Este acto de París sirvió de pretexto para la guerra de Troya.