Las imágenes de Bonnard son como una declaración de amor. Su modelo y compañera Martha estaba envejeciendo, pero en las pinturas de la artista se mantuvo joven. El tipo que solo puede ser amada mujer.
Durante los largos años de su vida con Martha, Bonnard ha creado toda una serie de increíbles escenas íntimas en las que hay pasión y ternura, y un sentimiento poético reverente.
Un número infinito de veces Bonnard escribió a Martha, y cada vez aparecían nuevos matices en su declaración de amor. Echa un vistazo a la pintura “Siesta: En el estudio del artista”. Esta imagen respira la felicidad sensual y la felicidad del amor joven.
Los detalles del “hogar” crean una sensación de una vida cómoda y autosuficiente juntos.
En los años siguientes, Bonnard solía escribir a Martha bañándose y vistiéndose. Siempre instaló el caballete muy cerca del baño o de la cama, lo que ayudó a crear el asombroso efecto de presencia que el artista quería. Por ejemplo, en “Desnudo con iluminación lateral”, 1908, el artista logró que el cuerpo de Martha fuera casi tangible.
Con el tiempo, la imagen de Martha se está volviendo cada vez más “colectivamente femenina”, cada vez menos dependiente de la verdadera Martha que vivió con el artista y lo atormentó con sus celosas sospechas. En las décadas de 1920 y 1930, Bonnard creó una serie de “baños”, donde Martha perdió casi por completo sus rasgos individuales. El espectador ve delante de él solo un hermoso cuerpo femenino, una y otra vez “descubierto” por el recuerdo agradecido del artista.