En sus obras, Ge buscó no solo plantear cuestiones filosóficas a gran escala, sino que también lo hizo con gran habilidad. Especialmente sucedió a las escenas bíblicas sagradas, que habían enterrado las mentes de los teólogos durante muchos siglos. “Saul en la bruja de Endor” o “La hechicera de Endor causa la sombra de Samuel”, una obra maestra encantadora de la mano de Nicholas Ge, por cuya actuación el pintor recibió un gran diploma de oro y un viaje a Italia para estudiar y entrenar.
La trama de la imagen es la siguiente: preparándose para la batalla con el Phelistisim, el rey Saúl decide recurrir a la hechicera de las profecías: el gobernante ha dejado de soñar y cree que su conexión con Dios está perdida. Sin embargo, no es fácil encontrar una hechicera, Saul mismo ordenó el desalojo de todos los magos y hechiceros, por temor a las maldiciones, las campanas y los silbidos. Una vez en la bruja, ella le preguntó a qué tipo de espíritu quería llamarse Saul. La decisión del rey fue asombrosa: quiere escuchar la respuesta de Samuel, el hombre que durante su vida predijo la muerte del gobernante y de todos sus hijos. Esta vez, Saúl quiere escuchar otras palabras de Samuel, pero su espíritu es exactamente el mismo que el de la antigua profecía: en la batalla con los filistilianos, el rey morirá.
El infeliz Saul cae de espaldas al suelo, después de haber perdido su última esperanza: este es el momento que Ge capturó.
¿Quién se apareció a Saúl? ¿Fue un espíritu o una hechicera sólo un charlatán? ¿Es posible convocar al espíritu de ese mundo en general? Estas cuestiones han sido objeto de muchas discusiones. Ge no está buscando respuestas y no ilustra su verdad; muestra hábilmente la historia bíblica en la forma en que nos llegó.
La imagen se hace en tonos oscuros utilizando contrastes de color: la túnica blanca del espíritu y el manto rojo de Saúl los distinguen expresivamente contra un fondo oscuro como la quintaesencia de toda la trama. Todas las figuras se transmiten en varias esculturas, lo que no disminuye la expresividad de los personajes.
Un espectador atento notará fácilmente el estilo académico de la escritura, así como la búsqueda de las tradiciones de Karl Bryullov. Sin embargo, ni este estilo estricto, ni la imitación del gran Bryullov, de ninguna manera impidieron al joven artista talentoso crear un lienzo colorido y muy expresivo y colorido.