La fascinación de la pintura por Fra Angelico, la vida recluida dentro de las paredes de los monasterios dominicanos, el humor místico de sus obras establecieron la imagen celestial del pintor divino, quien, sin embargo, no explica las causas subyacentes del desarrollo de Angelico como un gran artista. La colaboración de Fra Angelico con el escultor Lorenzo Ghiberti fue la creación del tríptico Linaioli, conservado en el Museo de San Marco en Florencia, creado sobre la base de un monasterio dominicano del siglo XV en el que Angélico vivió durante mucho tiempo. El tríptico Linaiuoli fue encargado por un taller de hilatura de lino para su residencia en la Piazza Sant Andrea.
El contrato para la ejecución de la pintura del altar, que incluía la condición de que “oro, pintura azul y plata, la más bella y de la mejor calidad, se usara en sus lados interior y exterior”, fue propuesto por Angelico el 2 de julio de 1433. La composición del tríptico consiste en un marco central con la imagen de la Virgen en el trono y dos alas laterales móviles. En el lado interno de ellos – las figuras de Juan el Bautista y Juan el Evangelista, en el lado exterior – los santos Pedro y Marcos, abajo, en la predela – dos episodios de leyendas sobre ellos.
En la primera escena, Predela Angélico retrató “San Pedro, dictando el evangelio a San Marcos”. En el centro de la composición, Peter, que predica desde la silla octaédrica de madera, a la izquierda, representa a Mark sentado de perfil, quien registra sus palabras, y también un seguidor de Mark arrodillado con un tintero y dos escribas que sostienen un manuscrito ya terminado. Según Papius Hierapol, el primer padre de la Iglesia, citado por Eusebio, “Marcos fue el traductor de Pedro”. De ahí la opinión generalizada de que escribió las palabras de su Evangelio bajo el dictado de Pedro, llamó a Jesús el primero de los apóstoles, el fundador de la iglesia y el guardián de las llaves del Reino de los Cielos.
Marcos el evangelista no fue un discípulo de Jesús.
Se cree que en esa época aún era un adolescente. Marcos se convirtió en un seguidor y compañero del apóstol Pedro, por sus obras ayudando al apóstol a difundir el sermón del Evangelio. Muchos padres de la iglesia del primer siglo afirman que se trata de él que el apóstol Pedro habla en su primera epístola: “La iglesia elegida en Babilonia y Marcos, mi hijo te saluda”.
El Santo Apóstol Pedro, durante su estancia en Italia, envió a muchos de sus discípulos a predicar el evangelio en diferentes países; incluyendo que envió a San Marcos a Egipto alrededor del 49 dC, y lo hizo obispo de Alejandría. Aquí San Marcos convirtió a muchos paganos, de ahí que su Evangelio se extendiera a Libia y las provincias de Egipto.