El pintor holandés Vincent van Gogh pintó su pintura Olive Grove IV un año antes de su muerte en 1889.El artista ha recurrido repetidamente a esta historia, ya que había estado en el hospital de Saint-Remy durante mucho tiempo. Era un rincón acogedor, rodeado de cipreses, grandes campos, olivos. Estos hermosos motivos de paisaje inspiraron a Van Gogh para la creatividad.
El artista dedicó todo un ciclo de pinturas a un olivar en el que retrató exuberantes jardines floridos con árboles en expansión.
El artista era muy aficionado a la naturaleza, por lo que en su trabajo, ocupa un lugar especial. Los jardines de olivos estaban ubicados directamente debajo de las ventanas del pintor. Inspirado por esta naturaleza, podía comprar pinturas para todos sus ahorros y pintar incansablemente sus paisajes.
El cuadro “Olive Grove IV” está escrito con movimientos que recuerdan la técnica del puntillismo. Debido a esto, el cielo parece brillar, y los árboles y la tierra están en movimiento. El artista utilizó el número mínimo de colores: negro, verde, amarillo, azul y marrón.
Esta técnica habla del rápido trabajo del maestro. Además, con la ayuda de trazos rítmicos, traiciona el clima con un fuerte viento, que se nota en las copas desiguales de los árboles.
En el paisaje es notable que el otoño llegará pronto, el cielo comienza a arrastrarse, la hierba ya se ha vuelto amarilla. Las líneas del cielo fluyen suavemente hacia el follaje de los árboles, luego a los troncos que crecen en el suelo con sus raíces. La imagen muestra el estilo del autor del artista, los trazos largos y amplios son característicos de las pinturas de Van Gogh.
Los ritmos horizontales son orgánicos en la composición de la imagen. Las obras del artista, que llevan consigo el mundo de los sueños y el mundo del presente, durante muchos años sorprenden al espectador con su inusual rendimiento y belleza. El cuadro “Olive Grove IV” se refiere al neoimpresionismo.