Esta es una de las obras al aire libre de Vincent Van Gogh, realizadas en París en 1887. Partiendo de la naturaleza, el artista más de una vez eligió las vistas del Sena para el paisaje. En primavera, las orillas del río se hicieron especialmente pintorescas.
Las primeras flores de primavera verdes y delicadas causaron alegría y obligaron al artista a crear.
En este trabajo, Van Gogh también representó las orillas del Sena, pero en un formato ligeramente inusual. El río es apenas visible a través de los densos matorrales de arbustos y pastos que cubren su orilla. Van Gogh eligió específicamente una composición de este tipo para mostrar la floración primaveral que le impactó, que fue la razón para crear la imagen.
Prescribe cuidadosamente las suaves hojas verdes, meciéndose con el ligero viento de primavera.
Toda la parte superior de la imagen está cerrada por ellos, pero no pierde la sensación de ligereza y ligereza que el artista transmitió hábilmente. Incluso el enorme puente en el fondo parece casi imperceptible y sin peso.
La sensación de la primavera también se transmite por medio de una escala de colores basada en una combinación de tonos suaves pastel. La superficie del agua refleja el azul claro del cielo, y las flores en el primer plano brillan en delicados tonos azul y rosa claro. Todo esto transmite el deleite del autor por la naturaleza de la primavera, sus delicados tonos, su frescor y su ligereza.