Un siniestro resplandor amarillo colgaba sobre la ciudad, en el aire sonando el olor a quemado y muerte. En el denso espejo de aguas tranquilas, se reflejan las casas destruidas y los restos pegados.
La catástrofe global destruyó toda la vida en el planeta. Donde las familias felices solían vivir, sonrientes cráneos humanos yacen alrededor; Las pertenencias del hogar, rotas e innecesarias, ya están medio inundadas y cubiertas con arena. En La muerte del mundo de Luis Royo, el fin de la vida en el planeta es prosaico y veraz.
Lo peor de todo es el rostro de una mujer sosteniendo un pequeño cuerpo en sus brazos. Ella sobrevivió al desastre, pero sigue muerta. Durante muchas horas y días, ella se sienta en una pequeña isla de la tierra cerca de juguetes infantiles con un reflejo de dolor desesperado en sus ojos.
Esta pintura del artista español Luis Royo tiene otro nombre “Muñeca”.