La pintura fue pintada en 1887 durante su estancia en París. En ese momento, Montmartre aún no era una ciudad en el sentido completo de la palabra. La mayor parte estaba ocupada por campos y casas de pueblo, aunque gradualmente Montmartre ya estaba empezando a formar parte de la capital francesa.
Van Gogh luego representó una parte típica de Montmartre, donde los huertos estaban adyacentes a los campos. Tres molinos eran muy populares entre los turistas. En uno de ellos, el más alto, había una plataforma de observación, desde donde se abría una hermosa vista de París.
Van Gogh creó un paisaje muy ligero, atmosférico y aéreo. Sobre el fondo de un cielo brillante con cirros de color lila, se pueden ver molinos y techos de casas pintados en tonos de azul. Un amplio y amplio primer plano está reservado para los campos.
El color de la tierra se adapta muy armoniosamente al color general debido a la combinación de tonos cálidos de color ocre con trazos azules y lilas.
Esta imagen es una de las primeras obras del período parisino. Al representar los jardines, Van Gogh usa trazos cortos de tonos contrastantes, lo que indica su familiaridad con la técnica del impresionismo. El cielo está escrito de una manera más tranquila, más clásica.
Con la prevalencia de los tonos azules, Van Gogh logró transmitir la atmósfera aérea de un área aún intacta.