Pintura del artista holandés Rembrandt van Rijn “David and Jonathan” o “David’s Farewell to Jonathan”.El tamaño de la imagen es de 73 x 62 cm, madera, óleo. Los estudios más recientes sobre el ejemplo de obras históricas demostraron claramente que Rembrandt, al trabajar en un tema en particular, siempre pensó cuidadosamente en su contenido, comenzando desde la fuente, independientemente de dónde se origina la búsqueda del artista de la trama, en imágenes mentales determinadas por el estado de ánimo. en un texto específico, a menudo interpretado en relación con una situación de la vida personal.
El análisis iconográfico le permite configurar la opción que prevalece. Si Rembrandt no se adhiere al texto literalmente, recurre al conocido a menudo de su propia colección de tradición artística, de la que adopta sus temas; sucede que corrige las muestras tomadas sobre la base del texto o, siguiendo la tradición, se desvía del texto.
Rembrandt tiende a enriquecer una escena en particular con motivos adicionales, dándole así el carácter de una historia; por otro lado, el método de seleccionar y erigir elementos separados de la narración en una historia independiente también es característico. Los investigadores del trabajo del artista holandés asocian la idea de la pintura de Rembrandt “David y Jonathan” con la historia bíblica del Primer Libro de los Reinos.
El rey de Judá, Saúl, trató de destruir al joven David, temiendo que tomara su trono. Advertido por su amigo, el príncipe Jonathan, el ganador de Goliat David se despide de Jonathan en la piedra de Azayl. Jonathan es severo y sobrio, su rostro está triste. David desesperado cae al pecho de su amigo, es inconsolable.
Probablemente la escritura de esta triste imagen contribuyó a los difíciles eventos en la vida personal de Rembrandt, la muerte de Saskia.
Pero fue en este momento que en las obras de Rembrandt llega el momento de la madurez. Las escenas dramáticas de las pinturas tempranas del artista son reemplazadas por la poetización de la vida cotidiana: los argumentos de las letras se vuelven dominantes, como en las pinturas “David y Jonathan” y “La Sagrada Familia”, en las que la profundidad de los sentidos humanos vence con una encarnación sorprendentemente delgada y fuerte. Parecería que en las escenas simples y ordinarias, en los gestos y movimientos encontrados con precisión y con precisión, el artista revela la complejidad de la vida psíquica, el flujo de pensamientos de los personajes.