La creatividad Mantegna es un gran maestro, de hecho, el primer maestro del Renacimiento en el norte de Italia.
Mantegna percibe los acontecimientos de la historia cristiana como algo muy cercano, por lo tanto en su cuadro hay muchos detalles vivientes: la postura del adormilado José, la ropa hecha jirones de los pastores que vinieron de lejos, la gente común de esta gente. Pero al mismo tiempo, al representar a los adultos participantes en la escena, el artista cambió ligeramente las proporciones humanas habituales, dotando a los personajes con una altura inusualmente alta. Los personajes principales están cerca del espectador, mientras que el paisaje retrocede dramáticamente en la distancia, lo que enfatiza la solemnidad de toda la escena.
El paisaje con su paisaje rocoso áspero que distingue muchas pinturas de Mantegna, refuerza la impresión del poder del lienzo. La escena de la adoración se desarrolla en una plataforma que se asemeja a una meseta montañosa, hay una roca en la distancia, un árbol aserrado con ramas ligeramente crecidas a la derecha, una montaña casi desprovista de vegetación, y solo en la distancia es visible una colina verde. La pintura de Mantegna es brillante y seca, como si estuviera avivada por un viento caliente, y el aire es tan transparente que los detalles más pequeños son visibles en la distancia.
La historia sagrada del artista transforma la tierra, parece recordar que después de la venida de Cristo, todo el rostro de este mundo ha cambiado y el hombre no puede vivir como antes: debe hacerse más fuerte. Es sorprendente que semejante impresión sea causada por una imagen muy pequeña, como muchas obras de caballería de Mantegna, no fue por nada que se hizo famoso como monumentalista.