Muy a menudo, la fuente de inspiración de Moro se convirtió en obras de arte medieval. El artista creía que los símbolos medievales podían usarse para espiritualizar el arte contemporáneo.
Moreau ha copiado las escenas de tapices antiguos cientos de veces, ilustraciones de manuscritos, esculturas de bocetos, metal y joyas, que encontró no solo en los pasillos de los museos, sino también en libros y revistas. En 1882, el Museo de Clooney adquirió el famoso tapiz “Lady with the Unicorn”.
Moreau se sorprendió con esta obra maestra del arte flamenco, y desde entonces, un unicornio, un símbolo de fuerza y pureza, ha aparecido cada vez más en sus pinturas. La pintura “Unicorns” nunca fue terminada. Se convirtió en la culminación del desarrollo de este tema y en uno de los últimos intentos del artista por revivir las tradiciones medievales.
Transmitió la escena, “que tiene lugar en una isla mágica, donde solo viven mujeres y unicornios”.
El elegante desnudo te hace pensar en la escuela de Fontainebleau, y el contraste entre las figuras vestidas y desnudas se hace eco del famoso “Amor terrenal y celestial” de Tiziano.