El cuadro “Talismán” Seruzier era para él el más valioso e importante, según el propio maestro. El programa de lienzo está lejos de contenido, la obra muestra el paisaje. El nombre de la imagen fue dado por el propio artista, teniendo en cuenta que ella es un signo para él, asegurando su éxito en el camino de la autodeterminación creativa.
La obra fue creada en 1888 bajo la guía estricta de Paul Gauguin, a quien Séruzier consideraba su maestro principal, quien determinaba el estilo del artista, su estilo individual. A primera vista, el espectador puede señalar inmediatamente algo en común con las pinturas de Gauguin, a saber, la relación con el color de dos grandes impresionistas. Los colores puros y brillantes conforman la imagen, lo que hace que la trama no sea importante, que se destaque, ocupando el lugar dominante.
La naturaleza Séruzier retrató esos colores, que aparecieron ante los ojos del artista, mirando el paisaje pintoresco. Si la sombra de los árboles era azul, entonces se reflejó en la imagen con ultramar fresco, si los mismos árboles aparecían en amarillo, entonces en la imagen su corona de volumen se transmite por un tumulto de amarillo.
Así, la obra “Talismán” se convirtió en la quintaesencia del principio básico de la pintura por parte del maestro, quien una vez le explicó a Gauguin: el artista no debería copiar la naturaleza, tenía la intención de transformarla, colorearla con colores puros y crear dinámicas mágicas. La imagen “Talismán” Seryuzie guardó cuidadosamente toda su vida, como un recordatorio del comienzo del camino creativo y el papel del gran Gauguin en ella.