Mujer frente al espejo. Esta historia simple inspiró a muchas generaciones de artistas. Todos encontraron en él algo propio, especial, invisible para los demás.
El autor presenta al espectador una muestra de la belleza femenina verdaderamente rusa. Una belleza pomposa, de pelo grueso y ojos azules examina cuidadosamente su reflejo, evaluando hasta qué punto se está yendo con una tela azul oscuro, diseñada para un nuevo atuendo. Cabello rojizo, cuerpo blanco, labios gruesos, ojos profundos, pechos llenos: todo en el modelo presentado atrae al artista, él admira francamente a su heroína, que encarna el ideal de la belleza siberiana.
La combinación de tonos marrones y un rico color azul crea un ambiente de trabajo acogedor, cálido y tranquilo. El fondo tranquilo y simple de la imagen pretende resaltar la blancura del cuerpo, para resaltar la tela azul que se adapta al campamento de la heroína. El maestro logró transmitir perfectamente la textura de la tela, la suavidad mate de la piel, el brillo del cabello grueso.
La heroína se mira en el espejo con incredulidad, evaluándose críticamente desde el exterior. Hay una sensación de cierta trama teatral. El autor parecía haber visto esta escena, permaneciendo invisible para la heroína.