Valentin Aleksandrovich Serov creó en repetidas ocasiones retratos de artistas y escritores de su época dotados del talento más alto. Un ejemplo de esto es el “Retrato de Konstantin Korovin”, que fue pintado por el pintor en 1891. El retrato se puede ver visitando la Galería Tretyakov en Moscú.
Los retratos de Valentin Serov siempre están llenos de profundidad, claridad interior y espiritual. Este es siempre un trabajo de alta habilidad.
El “Retrato de Konstantin Korovin” nos presenta al artista Korovin no solo como un pintor talentoso, sino también como una persona cercana a nosotros, preocupaciones cotidianas, preocupaciones, una persona que no rehuye ser simple, vulnerable, presente.
El retrato está hecho de una manera gráfica bastante nítida. La imagen es casi monocromática y muestra un marcado contraste de blanco y negro. Los “coágulos” de sombra ligera, principalmente alrededor de la figura del artista, se asemejan a una neblina grisácea.
Una eclosión descuidada, a veces gruesa, en la aplicación de capas de pintura agudiza la percepción, acercando el lienzo de la imagen a la realidad, que solo resta por superar una dimensión: la medición del tiempo y esta imagen cobrará vida.
Los lienzos de Serov a veces golpean con su realismo, respiración especial, que emana de las imágenes.
El “Retrato de Konstantin Korovin” se caracteriza no solo por el contraste entre el blanco y el negro, sino también por el contraste de estos colores. Una gran cantidad de blanco entra en colisión con un volumen de negro, formando una fuerte separación. La imagen del artista, una especie de, sirve como una combinación, una intersección de esta compleja contradicción colorista. En la misma apariencia del pintor hay este eterno contraste en blanco y negro.
Dicha decisión de color da complejidad a la imagen, doblando el espacio, haciéndolo no solo una parte de la realidad, sino un símbolo, un signo de binaridad, es decir, dualidad.
El retrato reivindica pares de contrastes estables como luz y sombra, blanco y negro. A través de la recepción de contraste, podemos ver el carácter del artista, la actividad interior oculta, la dureza, la confianza de los sentimientos. El retrato de Korovin es colorido ascético, pobre.
Las combinaciones interesantes de tinte no son importantes aquí. En el centro del lienzo se encuentra la imagen del artista, su mirada, oscurecida a propósito, como si mirara desde las profundidades, la mirada a través de la oscuridad, la mirada ansiosa, fuerte, penetrante.
La imagen artística de Konstantin Korovin resultó ser abierta, nítida, recordando un patrón gráfico brillante, estricto, claro y preciso. No se excluye que estas mismas cualidades fueran el mismo Konstantin Korovin. La imagen de Konstantin Korovin resultó brillante.
Tenemos ante nosotros a un artista hermoso y talentoso, en el que se puede leer la fuerza austera, la profundidad del pensamiento creativo, la confianza firme y la convicción en su trabajo.