En una época en que se celebró a gran escala en Moscú el aniversario de la actividad profesional del gran cirujano y científico ruso, Ilya Repin quiso pintar su retrato. Nikolai Pirogov aceptó amablemente su propuesta, a pesar de la apretada agenda de celebraciones.
El retrato de N. I. Pirogov fue escrito por Repin un par de meses antes de la muerte de un famoso cirujano, en mayo de 1881. Gracias al talento y la originalidad de la persona retratada, el autor trabajó muy fácil y rápidamente. Para crear y completar el retrato, tomó solo tres apariciones de Nikolai Pirogov.
En el fondo oscuro de la imagen, la cabeza gris y la cara ligeramente rojiza del cirujano se destacan de manera muy contrastante. El torso está ligeramente abierto, pero las manos están apretadas en el pecho. Lleva un traje oscuro y una camisa blanca. El rostro es tranquilo, pero al mismo tiempo enfocado. Sus labios están comprimidos, sus ojos están ligeramente entornados, pero algo de calor emana de él.
Toda su imagen está imbuida de sabiduría y amabilidad.
Mirando la imagen, está claro que no solo un hombre de setenta años, sino un gran médico, fundador de la cirugía de campo, un famoso científico, humanista y simplemente una buena persona. El autor le dio a la imagen no solo colores, sino también sentido psicológico. Aunque los colores a primera vista parecen escasos y no son sorprendentes, la profundidad de su significado es ilimitada.
Ilya Repin es considerado el maestro del retrato y, mirando el retrato de Nikolai Perov, no podemos dejar de estar de acuerdo con esto. La precisión y la ligereza de los trazos, el aspecto realista y la simplicidad atraen el ojo y lo hacen caer en cierta consideración. Un solo retrato que puedes aprender mucho sobre el hombre mismo, sobre sus cualidades internas.
Este talento de encarnación no se otorga a todos, pero Ilya Repin lo mereció por derecho y compartió su habilidad con todo el mundo.