Retrato de I. S. Ostroukhova – Valentin Serov

Retrato de I. S. Ostroukhova   Valentin Serov

Valentin Aleksandrovich Serov creó retratos de muchas personas y, por regla general, eran personas significativas, talentosas, reales, educadores, condes, estadistas, aristócratas. El reto siempre surgió ante el pintor. Cómo representar esto o esa persona cuando no se requiere una semejanza del retrato, sino algo más, a veces la revelación de sus secretos espirituales.

Esto requiere la inmersión en la identidad de la persona cuyo retrato está creando. Requiere máxima concentración en conjunción con la mano del genio. Las personas grandes y sobresalientes son tan complicadas que a veces su talento es demasiado grande y grande.

Valentin Alexandrovich Serov tuvo que entender y aceptar esta “complejidad” de aquellos cuyos retratos creó. Fascinante y difícil fue su obra. El pintor sintió y entendió que muchos eran incomprensibles y ajenos. El artista vio y sintió de manera especial el tiempo y el espacio, a veces logrando ver a través de ellos, aceptar el pasado y dibujar el futuro.

Cada uno de sus trabajos de retrato es único, ya que la historia en sí es única y hermosa, el tiempo en sí.

“Retrato de I. S. Ostroukhova” crea un destacado pintor de retratos V. A. Serov en 1902. El lienzo muestra a Ilya Semenovich Ostroukhov, un talentoso pintor de paisajes y un inmigrante, y además, un coleccionista. Ilya Semenovich Ostroukhov: una figura importante en la historia de la cultura de nuestro país.

El artista paisajista I. S. Ostroukhov fue uno de los líderes de la Galería Tretyakov y dirigió el museo privado de pintura y pintura de iconos en la primera mitad del siglo XX.

El “Retrato de I. S. Ostroukhova” encarna a uno de los guardianes de la gran Galería Tretyakov. El retrato nos presenta a un hombre de principios indestructibles. La visión del paisajista atestigua el intenso trabajo continuo de la mente. El artista está enfocado, inmerso en sus pensamientos, reflexiona sobre algunos detalles importantes.

Ante nosotros se presenta no solo un artista, un hombre de arte, sino, ante todo, un líder fuerte, incansable, enérgico y con una fuerte voluntad.

Y ahora está ocupado con reflexiones, construyendo planes y encontrando una forma de salir de las situaciones difíciles con las que se ha acostumbrado a existir y resolver lo que se llama a pesar de todo. I. Ostroukhov da la impresión de una persona indestructible, con una voluntad de acero, que no puede representarse como desconcertada o dudosa. Este es un hombre de reglas sólidas, convicciones inquebrantables, despreciando la banalidad y la falta de talento, un conocedor de la belleza y obras de grandes maestros de la pintura.

Sin lugar a dudas, esta imagen es muy compleja, pero es precisamente esta complejidad la que se recuerda, lo que nos hace responder con el deseo de ser la misma persona persistente con una mirada firme y decidida. Siempre trabaje incansablemente, con confianza, logrando incesantemente los objetivos. Solo observando a las grandes personas puede uno cambiarse y tratar de acercarse al mundo que era tan cercano y comprensible para ellos.

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