Retrato de A. M. Gorky – Valentin Serov

Retrato de A. M. Gorky   Valentin Serov

El “Retrato de A. M. Gorky” se escribió en 1904 y actualmente se encuentra en el apartamento-museo de A. M. Gorky en Moscú. Valentin Aleksandrovich Serov tomó la cosa más importante en la imagen de A. M. Gorky y la plasmó en su obra de retratos.

No es fácil crear un retrato del gran escritor ruso. Esto requiere entenderlo como persona, entenderlo como persona. Escribir un retrato es un trabajo difícil y reflexivo, y crear un retrato de una personalidad genial es doblemente responsable, difícil, pero siempre interesante y significativo.

El retrato muestra a un joven escritor, activo en su trabajo y en la lucha por los ideales humanos.

A. M. Gorky está vestido de negro, lo que enfatiza su diferencia con el mundo circundante de diversidad innecesaria, vulgaridad y brutalidad. El escritor parece probar algo que afirma. Ante nosotros hay un hombre que es firme, confiado y confiado en ideas y modelos importantes.

A. M. Gorky no solo es un escritor eminente de su tiempo, sino también un poderoso filósofo y un gran pensador. Por lo tanto, el “Retrato de A. M. Gorky” es ante nosotros no solo una persona con un alto nivel de expresión artística, sino también una persona que creó grandes ideas y grandes pensamientos.

Como escritor, A. M. Gorky se caracteriza por la capacidad de transmitir sus puntos de vista, convencer a otros de lo correcto, probar algunas de sus conclusiones, intentar explicarlas o refutarlas, pero aún así encontrar la evidencia correcta de sus reflexiones y conclusiones humanísticas y filosóficas.

El retrato es lacónico, restringido, simple, no hay soluciones colorísticas no estándar, trucos compositivos. La imagen se caracteriza por un estado incompleto, dibujo reducido y falta de detalles. Un estilo especial, la manera artística del lienzo se dibuja a través de un trazo superficial, abierto, sin medios tonos y sombras, color “bloques”.

La figura de A. M. Gorky tiene un aspecto amplio, demasiado grande para el plano del lienzo. A. M. Gorky es demasiado grande, inmenso, que su imagen no encaja en el marco estrecho y estrecho de una imagen de retrato. Esta rigidez involuntaria, que obstaculiza las coordenadas de una obra de arte, subraya con precisión el ardor interno, la insatisfacción del escritor, su impulso, el movimiento continuo del pensamiento.

El personaje, la personalidad del escritor se lee en los ojos, en el movimiento de las manos, como un todo en un flujo de energía general fuerte, el flujo de conciencia, pensamientos, sentimientos del gran escritor. Este retrato incómodo es un símbolo de una época, un símbolo del tiempo. La mirada del retrato es más que la mirada, es más que la vida.

Estos son momentos de la historia sobre los que no se debe olvidar, cómo no se debe olvidar la propia vida, de modo que, en ningún caso, se debe desperdiciar, no gastar en placeres tontos y seudo-ideales.

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