NI Andronov es uno de los representantes del “estilo severo” en la pintura soviética, que surgió como una reacción al realismo socialista oficial. Andronov convierte a los trabajadores en un “tipo”: la individualidad de sus imágenes desaparece, la masculinidad y la fiabilidad típicas de todas aparecen.
Privando a los héroes de su individualidad, el artista no se propone la tarea de penetrar en su psicología. Más precisamente, arregla solo uno de sus rostros (masculinidad y disposición para el trabajo creativo) y lo asigna a sus personajes “típicos”.
Los gestos medios no unen a los personajes, no se comunican entre sí, solo la mano de uno de ellos, que yace en el hombro del otro, no solo habla de un simple conocido, sino también de amistad. La expresividad plástica de la pintura transmite la esencia emocional de esta escena.
Los brillantes colores locales, la simplicidad y la claridad de la composición hablan de la rectitud de los personajes de los modelos representados. La poderosa pintura y la monumentalidad de la composición dan testimonio de la gran importancia pública de las actividades de estos jóvenes trabajadores, que contribuyen al desarrollo del país.