Uno de los mecenas más influyentes de Lorrain fue el Papa Urbano VIII. Para él, el artista pintó cuatro pinturas en 1637-39, que incluyen el encantador “Puerto” de 1637 y el pequeño paisaje octogonal “Rural con vista al Castillo de Gandol’fo”.
La segunda imagen muestra la residencia de verano construida por el Papa poco antes. Si ignoramos la escena en primer plano, que es la ficción más pura del artista, podemos observar la gran precisión con la que se representa el lago Albano y el castillo que se ve en su costa suroeste.
El profesor Michael Kitson, uno de los principales expertos en el trabajo de Lorrain, llamó a esta imagen “una perla, una pequeña obra maestra creada para la contemplación silenciosa”. Permaneció con la familia Barberini hasta 1962.
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