En el primer plano del lienzo “Golden Autumn” se representa un bosque de abedules, que se extiende a ambos lados de un río estrecho y profundo, cuyas orillas empinadas están cubiertas de hierba y arbustos. Parcelas de tierra de color marrón rojizo miran a través de ellas en algunos lugares.
Sobre la ladera hay bellezas de tronco blanco, abedules que brillan con oro en los rayos del fresco sol de otoño.
Existe la sensación de que el oro amarillo y rojo se derrama en el aire mismo. Unos pocos agujeros de álamo color escarlata agregan saturación adicional a la gama de colores general de la imagen. El sol en sí no es visible en el lienzo, pero el espectador siente que sus rayos parecen jugar sobre la superficie de todo el lienzo.
Las coronas de árboles dorados y luminosos crean un alegre estado de ánimo afirmativo en la imagen. La naturaleza en el lienzo no solo no se desvanece, sino que, por el contrario, se regocija al comienzo del otoño. La obra está dominada por tres colores: dorado, azul y azul con una ligera adición de verde.
Este esquema de color simboliza la alegría y la plenitud de la vida.
La imagen muestra claramente la atención especial de Levitan como pintor. El otoño dorado no es un paisaje monótono. En la amarillez, que se encuentra con mayor frecuencia en este lienzo, el artista nota y refleja una gran cantidad de tonos de color.
Al mismo tiempo, llama la atención sobre otros colores.
En la orilla derecha del río, el maestro representaba árboles de color gris verdoso, como si se hubieran desvanecido bajo el sol y se hubieran extinguido por las frecuentes lluvias de otoño. En el fondo se puede ver un pequeño pueblo con chozas campesinas. Detrás de ellos se extienden los campos, y a lo largo de la línea del horizonte se extiende un bosque de ocre limón.
El estado de ánimo principal de la pintura “Otoño dorado” es una verdadera fiesta de la vida, una sensación de deleite en la corta y frágil belleza de la naturaleza que lo rodea. La belleza del lienzo de pintura atrae, deleita y al mismo tiempo refina. La naturaleza representada en la imagen es majestuosa, hermosa e indefensa al mismo tiempo.
Requiere una cuidadosa atención.
Según los críticos de arte, Levitan, a diferencia de muchos artistas, no solo pudo escribir de manera hermosa y correcta, sino también disfrutar de este proceso. Por lo tanto, todas sus pinturas son fenómenos únicos de naturaleza pictórica, sobre los cuales es difícil escribir, pero que son tan fáciles de admirar, rindiéndose a su encanto inexplicable.
Los investigadores del artista afirman que en su patrimonio hay alrededor de un centenar de pinturas sobre el tema del otoño. Uno de los más queridos por la audiencia entre ellos es considerado como el “Otoño Dorado”. El magnífico paisaje otoñal se convirtió en evidencia de una fuerza vital oculta, que a pesar de todo era inherente a un artista brillante que sufrió dolorosos episodios de melancolía.
En un pequeño lienzo, Levitan creó un paisaje sorprendentemente brillante y afirmador de vida. El otoño se representa en colores ricos y saturados, que rara vez se encuentran en los lienzos del artista, que generalmente prefieren colores pastel más suaves y combinaciones de colores delicados.
Sin embargo, aparentemente, el esplendor de la naturaleza otoñal está tan conmovido por el pintor que decidió retirarse de su manera creativa.
El lienzo “Golden Autumn” como si respirara una dicha transparente. Los abedules representados en el primer plano son vibrantes, limpios e inocentes. Los atrevidos trazos energéticos de la pintura, que, según los críticos de arte, se han convertido en los precursores del impresionismo, caen sobre el lienzo con facilidad y libertad, animando el bosque otoñal con un juego de luces y una brisa ligera.
Muchos pintores intentan transmitir en sus cuadros la belleza de despedida de los poros otoñales y el “desierto de la naturaleza”. Sin embargo, es Levitan lo que es inherente a la tristeza de la luz y al lirismo inusualmente sutil. Estas cualidades únicas iluminan sus pinturas con el poder especial de un sentimiento místico.
Según el famoso artista A. Benoit, Levitan sabía cómo sentir en la naturaleza lo que alababa al Creador, escuchaba el latido de su corazón. La revelación de los secretos más íntimos de la naturaleza, su contenido espiritual más profundo fue el esfuerzo constante del artista a lo largo de su corta vida creativa.