Mikhail Matyushin no solo fue un artista notable, sino también un profundo teórico de las artes visuales. Al estar en constante búsqueda de una nueva encarnación de las ideas creativas, realizó infinitos experimentos en pintura, buscando mostrar en el lienzo una imagen única de la naturaleza. Según Matyushin, el ojo humano debería ver la imagen como un todo, no aplastarla en sus partes componentes. Sólo la integridad tiene sentido.
De este modo, el artista logró crear una imagen única del mundo, cuya armonía se logra mediante la fusión de la vista y el oído, el pensamiento y el tacto.
La pintura “Movimiento en el espacio” es una de las principales obras del artista, donde los principios de la teoría que construyó se reflejan claramente.
El lienzo no sorprenderá al espectador con una trama e imagen complejas, plasticidad de formas y ángulos inusuales. Todo esto simplemente no está allí. La pintura muestra rayas diagonales multicolores que van desde la parte inferior izquierda a la parte superior derecha.
Este “arco iris” está marcado por un fondo modesto del lienzo, hecho en color gris pálido neutro. Los tonos de las bandas se eligen de modo que, interactuando entre sí, llenen la imagen con sensación espacial y hagan que la imagen plana sea tridimensional. Las franjas de colores, unidas por un impulso común, se están moviendo hacia un objetivo definido, claro solo para ellas, y parece que están a punto de romperse del lienzo.
La imagen multicolor no daña los ojos. Sobre la base de las disposiciones de la teoría y la teoría de la interacción de 3 colores, el artista logró crear una imagen bastante armoniosa. Escrito en un fondo neutro, el color principal, cuando es percibido por el ojo humano, crea un segundo color alrededor de sí mismo, que contrasta con sí mismo.
Luego crean un tercer tono adicional.
A pesar de la aparente simplicidad y el sencillo trabajo, esta imagen, junto con las obras suprematistas de K. Malevich, es el color del arte vanguardista ruso.