La Guardia veneciana dedicó casi toda su creatividad al “liderazgo”: la imagen de los paisajes urbanos. La principal heroína de sus pinturas fue Venecia. A menudo pintaba los rincones de su amada ciudad y, más raramente, panoramas como el de este lienzo.
En el primer plano se encuentra una laguna con barcos, botes y personas, y en la distancia, detrás de toda esta vida hirviente, se puede ver el Palacio Ducal, la Piazza San Marco y la Torre del Orologio, la Torre del Reloj, y un enorme cielo se extiende sobre todo las nubes
Los tres elementos que reinan en esta ciudad, agua, tierra y cielo, ocupan una posición igual en la imagen de Guardia. La peculiaridad de la pintura del artista era también el hecho de que sabía cómo transmitir el aire húmedo veneciano envolviendo edificios y personas y dándoles contornos inestables y ligeramente flotantes. Guardi era muy consciente de las leyes de la pintura de aire plein, en su época, pocos que comprendían.