En la vida y obra de Luis de Morales, apodada en el siglo XVIII.”Divino”, mucho misterio. No queda claro de quién estudió el artista, cómo tuvo lugar su formación creativa. Se sabe, sin embargo, que vivió casi toda su vida en Badajoz, tuvo un taller, disfrutó del patrocinio del Ayuntamiento y del obispo don Jerónimo Suárez.
En 1561, Morales fue invitado a la Corte en Escorial, pero la imagen del Camino de la Cruz de Cristo no agradó a Felipe II, y el maestro regresó a Badajoz. La creatividad Morales ocupa un lugar aparte en el arte español. Esto se debe al hecho de que el artista vivía en la provincia y estaba alejado de las tendencias de moda de la época.
Por otro lado, el aislamiento contribuyó a la manifestación de su individualidad. En la pintura de Morales se combinaron la mística española y la piedad popular, la expresividad y el desapego idealizado, la elevación y la fría nobleza de las imágenes características de la estética del manierismo.
Las mejores obras del artista no son grandes ciclos narrativos, sino obras dedicadas a héroes individuales y el tema del sacrificio cristiano. Estas obras incluyen la imagen presentada. Otras obras famosas: “He aquí el hombre”. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid; “Madonna y el niño”. Ok 1570.
Prado, Madrid.