El retrato “Laura” o “Retrato de una mujer joven” fue pintado por el artista alrededor de 1506. El tamaño del cuadro es de 41 x 34 cm, lienzo pegado sobre madera, óleo. La suavidad del modelado en blanco y negro de la cara y las manos se asemeja algo al sfumato de Leonardo.
Leonardo y Giorgione resolvieron de forma simultánea e independiente el problema de combinar la arquitectónica plásticamente clara de las formas del cuerpo humano con un modelado suavizado, permitiendo transmitir la riqueza de sus tonos plásticos y blancos y negros, por así decirlo, el “aliento” del cuerpo humano. Si Leonardo da Vinci tiene más de una gradación de luz y oscuridad, la forma más fina de la forma, entonces Giorgione sfumato tiene un carácter especial: es como un micromodelo de los volúmenes del cuerpo humano con esa amplia corriente de luz suave que inunda todo el espacio de las imágenes.
Por lo tanto, el sfumato de Giorgione transmite la interacción de color y luz que es tan característica de la pintura veneciana del siglo XVI. Si la imagen de una mujer joven, el llamado retrato de Laura, es algo prosaica, entonces otras imágenes femeninas del artista son, en esencia, la encarnación de la belleza ideal, excepto, quizás, el retrato de una anciana. Los retratos del artista Giorgione sirvieron como un impulso indudable al desarrollo del maravilloso retrato de la escuela veneciana del Alto Renacimiento.