En la historia “Júpiter y Juno” tomada de la Ilíada, la reina de los dioses seduce a su marido, queriendo distraerlo de los acontecimientos de la Guerra de Troya. Júpiter seducido no puede resistir tal tentación y deja de lado su formidable tridente.
El hecho mismo de la existencia de Troya y la realidad de la guerra de Troya ya no se cuestiona. Aquí está su duración – otra cosa, este es un tema controvertido y discutible. Los mitos, así como el poema de la Ilíada de Homero, lo interpretan de la siguiente manera: entre los dioses olímpicos, tampoco hubo unidad en la cuestión de a quién se debería ayudar: los griegos o los troyanos.
Cada uno, que se llama, tirando de la manta sobre sí mismo, engañando y sustituyendo a otros. Por eso, dicen, la guerra duró diez años completos, mientras que la inteligente Odisea, también, por cierto, por engaño, no le dijo a los griegos cómo apoderarse de Troya con pérdidas mínimas.
Aquí y en la imagen de la pintora italiana Annibale Carracci, podemos ver claramente que incluso Júpiter y Juno son los dioses supremos del Olimpo, y que ocupaban posiciones opuestas. Y con el hecho de que Júpiter ya no es joven, solo es exteriormente. Una mujer, incluso si es una diosa, sabe perfectamente bien para qué ocupar a un hombre y cómo seducirlo.
Juno desnudó sus pechos y de manera inequívoca puso su pie en la cama de Júpiter. Él ya la tomó por la rodilla y está a punto de atraerla a los brazos, y luego… entonces, una cosa famosa. Ya no hay un tridente dorado y “gestión de personal”. Una mujer para un hombre de verdad es siempre una tentación e inspiración.