Las escenas de género ocupan un lugar importante en la obra de Murillo. El artista ha creado una serie de pinturas, con un buen humor que representa la vida de los trapos de Sevilla. Los personajes principales de estas obras son niños lindos en jirones que comen fruta con apetito, juegan con animales, comercian en la calle, juegan.
A diferencia de muchas de las obras de Murillo sobre temas religiosos, sus mejores pinturas de género no son absolutamente sentimentales, sino que muestran la aguda observación del artista. Y al mismo tiempo, estas pinturas están impregnadas de un agudo lirismo y bondad. La acción de la mayoría de ellos se lleva a cabo en barrios marginales, pero su espacio es como si estuviera inundado de luz.
Muchos lienzos están decorados con bodegones magistralmente pintados; La belleza pintoresca de las frutas y flores realza la sensación de alegría y plenitud de vida.