
La naturaleza del sur de Arles encantó a Van Gogh. El sol brillante hizo que todos los colores de la naturaleza fueran más brillantes, y gracias al clima cálido, el artista podía trabajar constantemente al aire libre. El período de Arles fue el período más fructífero de su vida creativa.
Las obras de esta época están llenas de colores brillantes, optimismo y sincera admiración por la hermosa naturaleza del sur.
En este paisaje de tamaño bastante grande, Van Gogh representó una sección de un jardín con una gran variedad de flores. Toda la atención del artista aquí se dirige a la variedad infinita de sus matices. En el fondo se pueden ver las casas iluminadas por el sol bajo los techos rojos rodeados de cipreses azules.
En su idea y estilo de ejecución, la imagen se parece a los grabados japoneses, lo que causó una sincera admiración por Van Gogh. El artista desvió deliberadamente casi todo el espacio de la pintura a la tierra para revelar por completo la riqueza de sombras que lo impresionaron tanto. Parece que el artista usa todos los colores de su arsenal para escribir el jardín.
Sobre un fondo verde cálido, la hierba está moteada de rojo, azul, amarillo y muchos otros puntos brillantes. Con esta variedad, el artista ilustra vívidamente su admiración por la cálida atmósfera de un día de verano lleno de luz solar y el aroma de las flores.
Una rama de almendra floreciente en un vaso – Vincent van Gogh
Ciruelo floreciente – Vincent van Gogh
Jardín detrás de la casa – Vincent van Gogh
El camino en el jardín público en Arles – Vincent Van Gogh
Recuerdos del jardín en Etten – Vincent van Gogh
Mujer sentada en la hierba – Vincent van Gogh
Puente sobre el Sena en Anyer – Vincent van Gogh
Jardín de los poetas (Jardín de los poetas) – Vincent van Gogh