La pintura “Oficial de los guardabosques de la Guardia Imperial, yendo al ataque” presenta a un oficial de la Guardia Napoleónica montando a caballo. Él entrega la silla a sus soldados para darles la señal para comenzar el ataque. Un brillo naranja en el lado derecho del lienzo indica el campo de la próxima batalla…
Jericó exhibe esta imagen en el salón de 1812. Los críticos y el público están entusiasmados con la aparición de un artista desconocido de 21 años, dotado de un talento incuestionable y prometedor. Zheriko se niega a las figuras estáticas y los colores inexpresivos y no intenta embellecer la realidad, ni, por otra parte, idealizarla.
El artista ya ha hecho su elección creativa. Desde Gros, adopta la espontaneidad y el dinamismo, desde Rubens: el color y el alcance. Pero eso no es todo: Zheriko se permite ignorar la división de géneros que se requiere para pintar.
La imagen es difícil de atribuir a cualquier género particular de pintura. Ella es demasiado impresionante en tamaño para ser considerada un retrato ecuestre clásico.
Sin embargo, el motivo en sí no encaja en el marco de la pintura histórica monumental, aunque es a este género que el autor relaciona su obra. Zheriko abandona el principio del panorama, tradicional para la imagen del campo de batalla, y representa solo un fragmento de la escena de batalla. Un oficial es suficiente para mostrar a todo el ejército y revelar el tema de la guerra.