Durante su estancia en la finca de su amigo Louis Pietta, Pissarro pintó varios paisajes, entre los cuales la Cosecha cerca de Montfuco es considerada la más exitosa. El trabajo es cautivador con sinceridad sincera, sopla de su frescura y franqueza.
En este período creativo, el artista trabajó en el estilo del impresionismo, y el sentimiento con el que dotó a la imagen es el olor a pan maduro, que se convirtió casi en una sustancia material, llenando todo el espacio con gruesos clubes aromáticos.
Pissarro transmitió magistralmente el contraste natural por el cual es famosa la naturaleza de esta parte occidental de Francia: el verde exuberante de los árboles, contra el cual la paja ha adquirido el color del oro, y brilla con el lujo del metal noble. La paleta tiene un brillo intenso, e incluso el hecho de que sea menos diversa de lo habitual no afectó el alegre estado de ánimo de la composición.
El artista trabajó fácil y naturalmente, utilizando pinceles anchos y aplicó trazos con movimientos bruscos. Para la aplicación de pinturas, en algunos lugares incluso utilizaron una espátula. Todas estas técnicas permitieron crear en algunas partes del lienzo una impresión de planes vagos.