El movimiento de plena energía de Vladimir Bekhteev, “La corrida de toros” está marcado por la clara influencia del cubismo. Entre los arcos rítmicos que se entrecruzan con dificultad, que se superponen entre sí y con los planos multicolores translúcidos y las formas cubizadas, destaca la elegante silueta negra de un caballo criado sobre la arena con un poderoso golpe de toro y las figuras del torero que se esfuerzan por lograrlo.
Después de haber pasado mucho tiempo en Munich Bekhteev, el proceso de su formación creativa experimentó un fuerte impacto del expresionismo alemán. Es evidente en las primeras obras del artista, cuando la belleza plástica y la tensión interna de sus visiones románticas se plasmaron en lienzos, marcados por la facilidad artística y la sofisticación inimitable.