Canciones sin palabras – Frederick Leighton

Canciones sin palabras   Frederick Leighton

Uno de los muchos “sin trama” trabaja Layton con sabor oriental. Una fina corriente de agua fluye desde la fuente. Hasta que las jarras estén llenas, toda la vida pasará.

O tal vez innumerables vidas.

Los sueños en realidad A fines del siglo XIX, el trabajo de Layton comenzó a parecer monótono, y sus lienzos se volvieron obsoletos en su claridad y perfección. La era, que era la expresión del artista, irrevocablemente abandonada en el pasado. Todo lo que recientemente había causado deleite, sumido en el olvido, se volvió pálido y se derrumbó ante nuestros ojos, como tela en mal estado.

Pero con algo, Leyton logró “aferrarse” al corazón del siglo veinte en la muela.

Y un poco más tarde, la integridad de sus pinturas ya parecía ambigua, y la claridad, inestable, intangible. Cada obra de Layton es un sueño hermoso, casi tangible. Pero uno solo tiene que echar una mano, entrecerrar los ojos, y el sueño se convierte en un fantasma.

Desaparece, se disuelve, dejando solo un sueño inalcanzable y burlón de un ideal.

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