En el bodegón con una bandeja y el cáncer, la rotación inherente a muchos lienzos de Larionov incluye varias botellas de barro de cerveza y cangrejos rojos cocidos sobre una servilleta blanca. Aquí Larionov, por primera vez, retrató una bandeja de forma ovalada en la que ver el paisaje de invierno.
El fondo de la imagen es un papel tapiz, que se imprimió en el dibujo de Larionov. Cabe destacar que la bandeja y el papel tapiz juegan en la naturaleza muerta el mismo papel que en otras pinturas jugó una ventana abierta en la que se podía ver a la figura moviéndose por el patio. La bandeja y el fondo de pantalla abren el espacio cerrado que se muestra, lo que lleva a las asociaciones del espectador a las amplias extensiones rusas.
En el fondo de pantalla se puede ver la iglesia rusa, que recuerda un poco a la pagoda china, las niñas en crinolinas, cuyos atuendos son similares a la ropa rusa y oriental, los niños montados a caballo y un niño tocando una pipa. Todas estas escenas en el fondo de pantalla no se eligen por casualidad, transmiten al espectador la sensación de libertad que Larionov asocia con las extensiones rusas y orientales. Los mismos motivos se adivinan en el patrón de la bandeja: no hay horizonte visible entre la tierra cubierta de nieve y el cielo, la cabaña sube a algún lugar, dejando una sensación de espacio sin fin.
El paisaje en la bandeja está hecho con los mismos colores brillantes que el fondo del papel tapiz, y casi se fusiona con el campo azul de la pared.