La pintura de Paul Gauguin “Round Dance of Little Brets” fue escrita por el artista en 1888 y es un ejemplo del método de imagen postimpresionista.
La forma de la carta de Gauguin unía las características de dos direcciones principales de la pintura de la segunda mitad del siglo XIX: el impresionismo y el postimpresionismo.
En primer lugar, Gauguin es conocido como uno de los más grandes maestros del postimpresionismo. Sin embargo, el artista individualizó su obra al máximo hasta tal punto que ningún patrón en la evaluación de sus creaciones puede ser completamente cierto.
La pintura “Danza de los pequeños bretones” llena el espacio y el tiempo con calidez y luz. Las tonalidades amarillo-rosa suavizan y tocan el lienzo.
El artista selecciona combinaciones de colores complejas, prefiriendo soluciones de colores limpios y abiertos. La imagen es recordada no solo por su decorativa y exquisita selección de colores, sino también por la originalidad de la composición compositiva.
El movimiento de las figuras en el baile se siente claramente: ligero, cerrado, rápido. Los movimientos de las figuras son amplios y abiertos en la medida en que la paleta del lienzo en sí es abierta y expresiva.
Las figuras del pequeño bretón se ven claras y primordiales. Son apasionados, sinceramente felices. Sus figuras parecen estar cubiertas de resplandor dorado, rodeadas, capturadas en el “anillo” de trazos dorados y coloridos.
A partir de esto si sus imágenes a veces se ven tan majestuosas y significativas. Sus movimientos, confiados y valientes, están llenos de alegría y facilidad.
El fondo de la imagen se parece a un panel decorativo o tapiz con un entretejido de inserciones y texturas de colores complejos. La imagen creada por el artista es bastante suave, pero no se excluyen las soluciones de contraste. En su mayoría, la gama de colores de la imagen consiste en sombras fluidas y entrelazadas e inclusiones de colores complejos.
El estilo artístico de Gauguin en relación con esta imagen recuerda a la técnica de pastel. A partir de esto, la obra a su manera de creación parece ambigua y curiosa. Los colores frescos sin color, las transiciones suaves, que se asemejan a una técnica de sombreado, crean un método único, característico de Gauguin como un destacado artista del postimpresionismo.
En general, el cuadro es muy fresco y no trivial. Para todos, se caracteriza por ciertos componentes del juego. Un ejemplo de esto puede ser la imagen de un perro pequeño en primer plano, que, como especie, sirve como un elemento adicional que construye este mundo de la infancia y el descuido.