El pintor holandés Kees van Dongen pasó la mayor parte de su vida en Francia. Es uno de los fundadores de una nueva dirección en la pintura: el fauvismo. Las obras de los fauvistas fueron llamadas “salvajes”, tal impresión en los contemporáneos produjo un color brillante y llamativo, que literalmente estalló en los lienzos. “Bailarín rojo” se refiere a los mejores ejemplos de los primeros trabajos de Van Dongen.
La pintura representa a la bailarina Nini, hablando en el cabaret Folies Bergere. El color rojo anaranjado que “grita”, que inunda la mitad del lienzo, le confiere un estado emocional especial. Las pinceladas dinámicas de varios tamaños y formas transmiten de manera amplia y colectiva el giro de una falda retorcida.
Una pequeña mancha verde en una liga blanca refuerza el rojo local.
Además de los personajes de cabaret de muchos de sus lienzos, el pintor se encuentra en el circo Medrano en Montmartre. No reconocido por el público en general al comienzo de su carrera, en la década de 1920, Van Dongen se convirtió en un artista exitoso. Famosos artistas, escritores e incluso figuras políticas le encargaron sus retratos.