Ash – Edvard Munch

Ash   Edvard Munch

La trama de la imagen se puede repetir con una línea de Pushkin: “Se acabó: no hay conexión entre nosotros”.

El artista llama la atención del espectador sobre el estado emocional de los personajes. El hombre se ha cerrado del mundo, sus sentimientos son profundos, está cerrado tanto física como emocionalmente, el espectador no lo nota de inmediato. La mujer es opuesta, en el centro de la composición.

Su rostro está lleno de indiferencia. Sólo una pequeña confusión da actividad emocional.

Interesante lugar de acción. Los espectadores tienen asociaciones con el escenario teatral, la pantalla de cine. Si examinas cuidadosamente los detalles de la imagen, puedes ver el detalle simbólico: una pequeña piedra verdosa, de forma triangular.

La piedra se asemeja a una máscara teatral con una peluca negra. Accidente o intención? Si es un accidente, es muy apropiado. Máscara desechada, hueco, ceniza, después de un fuego de amor.

El pelo rojo y la cara verdosa son signos de una bruja en el folklore de muchas naciones. El vestido desabrochado, bajo el cual el lino rojo, da a la trama la nitidez y el temperamento. Los tonos naranjas del fondo recuerdan a la pasión reciente, y el cielo oscuro agrega oscuridad.

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