En 1879, Renoir pintó un retrato de Alfonsina Furnes, que se encuentra en el Louvre. Este retrato conecta las obras de Renoir de 1879-1881, creadas en el Sena, en Chatou, en el restaurante de su padre. Y la gran obra “El desayuno de los remeros”, que, entre otros, representa a Alfonsina, completa este tema y las vistas de “barco” del Sena, y en mayor escala traza una línea del período impresionista en las obras de Renoir.
Además, bajo la influencia de dudas y dudas internas, viajes a Italia, Renoir cambiará su estilo de pintura y funcionará de manera diferente. Los “grandes bañistas” marcarán la cima de este giro en el trabajo de Renoir.
Mientras tanto, Renoir presentó a Alfonsina Fournaise sentada en la terraza, detrás de la cual el Sena corre sin problemas entre la vegetación floreciente de las plantas costeras. Su rostro es sonriente y sereno, y el vestido azul claro está escrito de tal manera que dejas de sentir la densidad de la figura de la niña, y solo percibes la textura hermosa y temblorosa de la capa de pintura, saturada con tonos infinitamente variados, fusionándose en un color azul claro común.
Es posible que en el futuro esto ya no satisfaga a Renoir y lo lleve a nuevas búsquedas: la superficie colorida de la figura representada deja de transmitir la tangibilidad del material de volúmenes y formas.