En 1769, Losenko regresó a San Petersburgo, donde se le pidió que pintara un cuadro para el título de académico de pintura histórica. El artista crea una obra sobre un tema de la historia rusa: “Vladimir y Rogneda”.
Según las crónicas antiguas, el príncipe Vladimir de Novgorod pidió las manos de la hija del príncipe Polotsk Rogvold, pero, al ser rechazado, atacó a Polotsk, mató a su padre y a los hermanos Rogneda y la tomó por esposa. La imagen muestra el clímax del “destino predestinado” de Rogneda, cuando Vladimir invadió sus aposentos y se combinó con su “esclavitud”. Acerca de Dacho Losenko interpretó a Vladimir no como un conquistador pérfido, sino como un hombre que se arrepintió de sus acciones; esto expresaba los altos ideales de moralidad y humanismo del siglo de la Ilustración.
El contenido era nuevo: el pasado nacional se convirtió en la trama de la imagen histórica, en comparación con las escenas antiguas y bíblicas generalmente aceptadas según el estado de la jerarquía del género. El éxito de la imagen trajo a su creador no solo el título de académico, sino también el nombramiento de un profesor adjunto.