La pintura de Parmigianino “La Visión de San Jerónimo”. Tamaño de la pintura 343 x 149 cm, madera, óleo. La “Visión de San Jerónimo” es la obra más importante de la época romana del Parmigianino.
En contraste con Pontormo y Rosso, cuya naturaleza antirrenacentista se expresó mediante el rompimiento pesimista de la cosmovisión de toda una generación que sintió la desesperanza de las trágicas contradicciones de la realidad italiana, el programa estético de Parmigianino está estrechamente relacionado con las aspiraciones de la cultura de la corte emergente. Refleja la mentalidad de esa parte de la sociedad italiana, que trata de escapar de las trágicas contradicciones de la realidad hacia un mundo estrecho de ideales subjetivos y refinados que se han divorciado de la vida.
No fue casual que fue Parmigianino, no los manieristas florentinos, quienes desarrollaron el ideal estético del manierismo y tuvieron un tremendo impacto en el desarrollo posterior del arte manierista. El ideal estético del artista, cuya formación se puede rastrear en varias de sus obras de la década de 1520, está subordinado al deseo de contrarrestar la realidad con el mundo de la belleza refinada, aristocrática y etérea. Es de naturaleza abstracta y muy pronto descubre la irregularidad de las posiciones ideológicas del maestro, lo que demuestra la intensidad emocional de la búsqueda, la afirmación de su propia cosmovisión artística.
Las normas artísticas formadas bajo la influencia de Miguel Ángel y Rafael experimentan transformaciones, sus proporciones se alargan, adquieren un aspecto estilizado y grotesco, alejándose de la realidad hacia la idealización en detrimento del diseño artístico. En su principal imagen religiosa de ese período, “La visión de San Jerónimo” arraigó la atracción de Parmigianino por el ideal de belleza misteriosa, separado del mundo de la belleza.