Valentin Aleksandrovich Serov, destacado retratista y pintor maravilloso, crea en 1895 un brillante lienzo lírico “En el verano”.El trabajo resultó fácil, el aire. Todo parece estar impregnado de luz y calor. Esto se evidencia por la coloración de la imagen.
Todas las sombras utilizadas en la creación de la imagen central se mezclan con el sol del verano, ya que irradian la felicidad y el descuido de la infancia.
La imagen fue pintada con pinturas al óleo, pero resultó ser muy suave y en colores pastel, se asemeja a un boceto o un boceto rápido.
El lienzo refleja el curso momentáneo de la vida, su belleza, apertura y elusividad. Todo esto hace que la vida esté relacionada con el aire caliente transparente, apenas perceptible o la respiración ligera de un niño.
El brillante sol de la mañana ilumina a los niños que juegan cerca, llenando el espacio alrededor con luz dorada. Sombras de oro impregnan el lienzo. El verano vive en cada trazo de la imagen, saturando el aire.
La imagen está diseñada para transmitir el animado ambiente del verano, para iluminar el mundo con experiencias y emociones verdaderamente veraniegas.
Retrato de una niña – la imagen principal en la imagen. Es tan soleado como la pintura misma. La imagen transmitida por el artista resultó ser transparente y frágil, como si fuera translúcida.
Los rasgos faciales sutiles, el resplandor brillante y cálido que proviene del vestido, te hacen ver en esta imagen una imagen carente de tristeza y tristeza, pero, por el contrario, una imagen llena de alegría y tranquilidad, pero con esperanzas intrínsecamente ardientes.
La imagen es más como una fotografía de la construcción compositiva que eligió el autor del lienzo. Parece que un poco más y esta imagen se derretirá, desaparecerá, como si no existiera, se disolvería en nuestra memoria, quedando un recuerdo transparente, pero agradable del verano, de algo realmente más sincero y fugaz. El artista pudo captar y encarnar este raro momento de la vida, imágenes similares están en la conciencia y la vida de cada uno de nosotros.
Son igual de brillantes, limpios y queridos para nuestro corazón, aunque son más irrealizables e irrevocables. Pero aún así estas imágenes viven con nosotros, manifestándose a veces en nuestra memoria tan fragmentada y, a veces, fragmentada. Y sin embargo estas lindas imágenes son, existen. Dejemos solo en nuestra memoria, o en la forma de un retrato brillante.
Pero, sin embargo, estas son nuestras imágenes, imágenes de nuestra vida, por más distantes e inaccesibles que parezcan, son tan brillantes y cercanas a nosotros como antes.