El Errante en Rusia es la encarnación de los “pobres de espíritu” bíblicos, con quienes se promete el “Reino de los cielos”. Las personas de esta raza siempre han sido tratadas con respeto, algunas incluso con miedo. Después de la reforma de 1861, hubo muchos de esos vagabundos.
Entre ellos estaban los que eligieron la libertad completa, incluso en la pobreza absoluta.
De la imagen se ve a un anciano con ropa vieja, remendada, sandalias. Tiene un bastón en sus manos y una bolsa de lona con todas sus pertenencias detrás de la espalda. Inmediatamente llama la atención que una amplia barba gris esté bien peinada y el cabello bien peinado. Ropa, aunque gastada, pero limpia. La mirada del héroe está llena de dignidad, sabiduría y tristeza desesperada.
Y su postura habla de independencia y confianza en sí mismo, pase lo que pase.
El artista prestó especial atención a las manos de su héroe. Detrás del héroe es visible una vida larga y difícil, que no le trajo felicidad, prosperidad, alegría. Pero el deseo de disfrutar de la libertad y depender solo de uno mismo, superó todas las tentaciones del orden material.
El artista elige un fondo oscuro y neutral, lo que le permite al espectador enfocarse en el personaje del héroe, su increíble aspecto.
Se sabe que el maestro escribió un retrato de un anciano, en cuya vida quería participar, para acomodarlo en un orfanato. El maestro se sorprendió cuando un vagabundo, ofendido por uno de los dueños del refugio, se negó a instalarse en él y optó por continuar arrastrando la difícil existencia e interrumpido por ganancias aleatorias.