En la imagen “Uvas rojas silvestres”, la atención del espectador es atraída, en primer lugar, por la cara gris verdosa en el primer plano, y luego la mirada se dirige a la propia casa, ubicada en las profundidades del espacio compositivo.
“La expresión de miedo en la cara alargada del hombre”, escribió Stanislav Przybyshevsky, “su mirada errante y su extraño color de piel crean una atmósfera emocionante y estresante que nos prepara para el choque principal: la enorme casa entrelazada con uvas silvestres.
Esta casa parece ser un personaje animado: sufre y sufre en lazos de color rojo sangre y con fuerza, como si de la última fuerza, respirara con todas sus ventanas. “La pintura roja, como si fluyera libremente desde la superficie de la pintura, nos devuelve a la imagen de una persona en el primer plano angustiada por el miedo”.