Fra Angelico en sus obras aplica el nuevo principio de crear perspectivas. Su esencia radica en el hecho de que las figuras disminuyen a medida que se alejan del espectador, y todas las líneas convergen en un punto en el horizonte. Posteriormente, este principio se convirtió en una de las piedras angulares de la pintura renacentista. Fue propuesto por primera vez por su contemporáneo Fra Angelico, Masaccio, pero Fra Angelico reaccionó a esto con bastante creatividad, modernizándolo significativamente.
Entonces, él fue el primero en usar los detalles arquitectónicos que agudizan la sensación de espacio tridimensional.
Al crear, por ejemplo, el “Altar de San Marco”, 1438-40, Fra Angelico coloca el trono de la Virgen de tal manera que forma la parte superior de un triángulo, cuyos lados están disminuyendo en filas de figuras en perspectiva. El patrón geométrico de la alfombra en primer plano y la línea de cipreses contra el cielo ayudan a profundizar el espacio de la imagen. En las escenas de predela del Tríptico de Perugia, San Nicolás se eleva sobre las personas que escuchan su sermón, mientras que las casas de la ciudad están disminuyendo gradualmente, creando la ilusión de un espacio que se adentra en las profundidades.