El panel central de este tríptico muestra la escena de la crucifixión con la Madre de Dios, Juan el Teólogo y los benefactores de pie al pie de la cruz. En los paneles laterales, el espectador ve a María Magdalena, que puede ser reconocida fácilmente por la vasija con el mundo que tiene en sus manos, y Santa Verónica, que sostiene las tablas con la cara de Cristo impresa en ella. Cada escena está rodeada por un borde que imita un marco de imagen dorado.
No sabemos quiénes fueron los benefactores colocados por el artista a los pies de la cruz, pero por su vestuario podemos determinar que la pintura debe atribuirse a los años 1440. Además, sus honorarios indican que no eran ricos y no pertenecían a una alta sociedad.
El tríptico recuerda en muchos aspectos a las pinturas de Robert Kampen, el maestro de Rogier van der Weyden, que justifica considerarla una de las primeras obras del artista, aunque aquí el joven maestro escribe figuras mucho más libremente y en posturas mucho más relajadas que su mentor. Además, se atreve con la innovación audaz, casi revolucionaria: “estira” el paisaje en tres paneles. Inusualmente para su época, Rogir escribe y la Madre de Dios: María Magdalena fue representada tradicionalmente abrazando el pie de la cruz.
Numerosas copias del tríptico que nos han llegado indican que causó una gran impresión en los contemporáneos del maestro.