Bonnard siempre mantuvo en su corazón la devoción y el amor por Normandía, como lo demuestran sus paisajes dedicados a esta región del norte de Francia. Dos obras se distinguen por la monumentalidad: “The Terrace”, donde la mayor parte de la composición está dedicada a la vegetación representada al azar en el lienzo y subyugando prácticamente toda la trama, y ”The Terrace in Vernon”, una imagen donde las personas y la naturaleza ocupan una posición igual.
Especialmente misteriosa es la última obra, que fue creada durante casi veinte años. Hay mucho misterio e incompleto en él y, en muchos aspectos, el autor sugiere al espectador que busque respuestas a las preguntas por sí mismo. Su Martha tomó una manzana de un jarrón y sostiene la fruta en sus manos, y este gesto puede asociarse con Pomona o con la Madre de la raza humana Eva. Pero, ¿qué puede significar?
Las imágenes de las niñas también están dotadas del mismo misterio, una de las cuales contiene una canasta con ciruelas y la otra, una raqueta de tenis. ¿Por qué el autor dotó a la figura deportiva de un tenista cuyo cuerpo respira energía y juventud, el rostro de una mujer madura que ha visto mucho en su vida?
Aunque en ambas obras hay técnicas decorativas que fueron utilizadas por Bonnar durante su participación en el grupo Nabi, el ambiente de las pinturas es notablemente diferente. El uso de colores apropiados, así como la técnica de creación de este trabajo, nos permitió dotar al lienzo con la sensación de un cálido sur francés.