El artista estadounidense James Whistler, así como los impresionistas, querían capturar en un lienzo el momento apenas perceptible y tan hermoso que el mundo real es tan rico. Compartiendo las enseñanzas de Charles Baudelaire sobre la sinestesia, encontró en este proceso mucho en común con la escucha de obras musicales. Por analogía con ellos, el artista le dio a sus obras nombres inusuales como “Sinfonía” o “Improvisación”, y enfatizó la especial musicalidad de las imágenes con la flexibilidad de las líneas y las suaves transiciones de color.
A pesar de que el trabajo de Whistler está cerca del impresionismo, es difícil atribuirlo a esta escuela. Era, más bien, un artista original: le encantaba experimentar y sintetizar técnicas a partir de una amplia variedad de tendencias y tendencias, sin entregarse por completo a ninguna de ellas.
La composición suave y conmovedora “Symphony in White No. 1: Girl in White” es una de las tres Nocturnas con la imagen de las niñas en ropa de colores claros. La pintura, expuesta en el Salón del Rechazado en 1863, provocó risas y humor de la crítica.
El público no aceptó una pintura tan extraordinaria.
La artista irlandesa Joanna Hiffernan posó para la artista. Para ella, este trabajo como modelo fue su debut. Whistler admiraba a Joanna y su pelo rojo hasta tal punto que mientras trabajaba en el cuadro “Wapping”, soñaba con seguir pintando un retrato lo antes posible.
Posteriormente, el espectacular irlandés se convirtió en su amante.
La sonrisa del lobo no está de acuerdo con el estado de ánimo general de la imagen y contrasta con la cara triste y ligeramente asustada de Joanna. Lily en manos de la niña simboliza el símbolo de pureza y nobleza.