Claude Lorrain es un artista que ha logrado abrir una nueva página en el género del paisaje idílico. Con toda la tipicidad de las técnicas compositivas aplicadas inherentes a la pintura de paisajes del clasicismo, el artista logró inspirar una nueva vida en el antiguo esquema clasicista, que llevó a la renovación del género en el siglo XIX.
Lorrain introdujo no solo la pluma y la acuarela de paisajes de la naturaleza, el estudio de los motivos naturales, sino que también recurrió al uso del color tonal en la pintura, combinándolo con la paleta natural. Lorrain usó esta técnica de una manera bastante original. Fue más allá de las murallas de la ciudad de Roma, donde vivió constantemente desde 1627, por la mañana y por la tarde y, observando las transiciones tonales en la naturaleza circundante, creó el esquema de color apropiado en su paleta.
Ya en el taller usó la escala resultante al trabajar en la siguiente pieza. Gracias a esta técnica, Lorrain logró crear imágenes llenas de asombroso encanto pictórico, en el que, con cierta teatralidad inherente a las obras del clasicismo, hay un aliento vivo de la naturaleza, del ambiente aéreo.
Los clientes de Lorrain eran principalmente aristócratas, el trono romano. Otras obras famosas: “Paisaje con una escena de descanso en el camino a Egipto”. 1661. Ermita, San Petersburgo; “Secuestro de Europa”. 1665.
El Museo Pushkin de Bellas Artes. A. S.
Pushkin, Moscú.