“Salon on Moulin Street” es otra obra que abre las puertas al mundo de la sociedad caída, que no condena sus cimientos, pero no idealiza el estilo de vida de sus habitantes. Lautrec no se ocupó de cuestiones morales, y habló con “sacerdotisas del amor” como con amigos comunes. Un sentimiento bastante diferente abrumó al artista cuando se encontró con hombres que compraron el amor de estas mujeres: en la casa de la tolerancia, estas personas tenían la misma cara, pero cuando abandonaron la institución, su apariencia cambió drásticamente, adquiriendo rasgos de decencia y comportamiento refinado.
De acuerdo con el estilo elaborado, la composición se creó como un episodio regular, al azar de la vida de un burdel, donde el personal se sienta en anticipación del cliente, y la escena se distingue por la normalidad habitual. La vida espiritual en los ojos de algunas mujeres ya se ha extinguido, pero aquellas para quienes esta ocupación trae sufrimiento y dolores diarios han sobrevivido. Madame, metida debajo de su pierna, una prostituta de Mireille, sobre todo sentía simpatía por Lautrec.
La obra es considerada la más reflexiva de una serie de pinturas dedicadas a la vida de las instituciones de este tipo. El lienzo se distingue por una rica gama de colores, y cuando se creó, realizó muchos bocetos preliminares.