David recurrió a temas religiosos muy raramente, y la mayoría de las obras escritas por él sobre este tema pertenecen al período creativo temprano. El más notable se puede considerar la imagen “El Santo Roch, orando a la Virgen María por la curación de los plagados”, que fue escrita al final de sus estudios en Italia. En 1781, la pintura se expuso en el Salón, donde recibió críticas moderadas y aprobatorias de la crítica.
En la composición y el color del lienzo, se adivina la fuerte influencia de Poussin, con la excepción de ciertos detalles, como, por ejemplo, la mayor atención de San Roch a las víctimas afectadas por la plaga. Más tarde, los artistas del romance se deleitarán con la belleza sombría del sufrimiento humano y las úlceras y alcanzarán su punto máximo en las obras de Gericault y Delacroix.